Cuarto voto
Vivir sólo para el Corazón de Jesús
a todos a lo más profundo del Corazón Misericordioso de Jesús.
Este cuarto voto se concreta en:
Aceptar voluntariamente,amar, y entregar la propia vida con sus pobrezas al Corazón de Jesús para ser su descanso y esperando de su Misericordia que a través de Él se hagan fecunda evangelización para transformar nuestros ambientes implantando la civilización del amor.
Queremos presentarnos al Corazón de Jesús como esposas humildes y sencillas para que nos haga santas según su Corazón.
Toda forma de sufrimiento, de enfermedad, de dolor, de oscuridad, es una llamada para cada consagrada en COR IESU a evangelizar abriendo el corazón como el Corazón de Cristo a la Cruz, aceptando y amando su propia limitación.
Vivir la esponsalidad con el Corazón Sacerdotal de Cristo, viviendo totalmente para Él y siendo Corazón Misericordioso de Cristo en el corazón de la Iglesia (diocesanidad) y en el corazón del mundo (secularidad).
La vida entregada está al servicio de su Corazón desde la pobreza. COR IESU evangelizará desde la compasión, desde la bondad del corazón con medios pobres en un mundo donde la tentación de eficacia es permanente. COR IESU no desarrolla apostolados específicos como Instituto. Cada consagrada realizará el apostolado concreto a que se sienta llamada discerniéndolo en la dirección espiritual y consultándolo con la directora, en los cauces ordinarios de la Iglesia y de la diócesis: parroquias, órganos diocesanos, etc.
COR IESU solo existe y vive para la identificación con el Corazón de Cristo, llevando a todos el amor de Dios.
El Corazón de Jesús desea reinar en nuestros corazones, vivir en el corazón de los que desean entregar su vida para que los hombres y mujeres de todos los tiempos tengan vida y vida abundante. Este es el objetivo principal de los que aceptan el don del Señor y hacen de su vida una tarea como yugo suave.
Nos sentimos llamados a evangelizar desde las claves del amor y la misericordia del Corazón de Cristo.
La novedad y la peculiaridad que los Institutos seculares constituyen en la Iglesia fue y sigue siendo el reconocimiento eclesial de verdadera consagración en la secularidad.
Provida Mater Ecclesia, 1947